Julia, una violonchelista cuya edad no supera los 50 años ha pasado toda su vida relacionada con un instrumento por el que siente una auténtica pasión. A pasado por diferentes ciudades de todo el mundo demostrando sus dotes, conociendo a gente nueva, y haciendo de su trabajo su razón de vivir.
Alcanzar ese gran nivel musical le obliga a pasar muchas horas estudiando y ensayando, sin embargo esto no parece importarle lo más mínimo, pues su vida gira en torno a la música y es eso lo que más le gusta en el mundo. Sin embargo, no por ello se considera una persona solitaria, de hecho acostumbra a tener una vida social de lo más movida, y posee muchas amistades.